1970 El domingo a los pinos

TITULO El domingo a los pinos
AÑO 1970
PROTAGONISTAS Todos, menos los que tenia domingos indefinidos
AUTOR Manuel Garzón Añez

Llegue al Infanta un 1 de Octubre de 1970 a la edad de 8 años. A parte del palo que supuso la separación familiar, este primer año sirvió para aprender multitud de cosas, unas buenas otras no tanto pero que de alguna manera marcan carácter.

Recuerdo que el Domingo teníamos que vestir obligadamente de uniforme: zapatos negros, pantalón gris, camisa blanca, corbata negra (de chicle) y chaqueta azul, normalmente con el escudo del Infanta sobre el bolsillo.

No se si recordáis que a los pequeños algunos domingos nos llevaban de excursión a  “los Pinos”, creo que actualmente por aquel lugar pasa la M30, pero que en 1970 era una escombrera que terminaba en una ladera y sobre esta efectivamente había un pinar. No se porque esta obsesión por vestir de uniforme, después en los pinos terminábamos con el traje hecho unos zorros correteando entre escombros y basura.

En ese lugar sigue existiendo la piscina Stella, uníco lugar civilizado de la zona. Y siguen algunos de aquellos pinos que nos acompañaron tantos domimgos, mientra escichabamos carrusel deportivo.

Allí en los Pinos tuve uno de mis primeras enseñanzas extraescolares: “saltarse las normas”, aquello era divertido y excitante, hasta mi llegada al colegio yo jamás me había saltado una norma impuesta por cualquiera que tuviese autoridad sobre mí.

La norma infringida en aquel momento era fumar, teníamos prohibido fumar con menos de 16 años, mi primer celtas corto me lo fume con un grupo de irresponsables como yo, en medio del pinar, un corro de 5 niños y un cigarro que pasaba de uno a otro,  el mayor tenía 10 años y yo era el menor con 8, supongo que no le daría mas de 2 o 3 caladas, pero en aquel momento me sentí un hombre, “igual que un hombre de 16 años”,  tomando decisiones de hombre  y sobre todo 5 valientes que infringíamos una norma.

Aquello de incumplir normas se convirtió en un deporte y a veces me hizo pasar  momentos difíciles.

Hablando hace poco con un compañero me comentó que el dejó de fumar a los 16 años, me dijo que al terminar la prohibición de fumar aquello perdió la gracia. Yo no fui tan inteligente y lo deje 30 años después de aquellas caladas, y costó vaya si costó.