1978 Lo tuyo es puro teatro

TITULO Lo tuyo es puro teatro
AÑO 1977-1979
PROTAGONISTAS Pablo Rodero y Don Álvaro
AUTOR Juan Manuel Orozco

Cada vez que comienzo a escribir alguna anécdota para “Historias del Infanta” me vienen a la cabeza los mismos y recurrentes recuerdos, que si éramos unos buscavidas, que si había que adaptarse, que si improvisación…….., mucha improvisación pero mucha, quizás era la clave de muchos de nuestros éxitos. Los que seáis aficionados al futbol, sabéis que las mejores jugadas salen de la primera idea, si lo piensas, te roban la pelota y en el Infanta no te podían “robar” el balón una vez, la segunda ya aprendías la lección.

Todo ello junto ha dado generaciones de colegiales supervivientes natos en la jungla que es la sociedad fuera de aquellas paredes que además de no dejarnos salir también servían de protección hasta que estuviésemos listos para continuar por la selva por nosotros mismos.

Una vez pasado el corte de 8º de EGB que era donde la “mano negra” reconducía nuestra educación por la formación profesional o por el bachiller (BUP en mi época) solo nos quedaba la opción de ir aprobando como pudiésemos. Como en todos los lados, unos lo hacían sobradamente y sin mucho esfuerzo, otros a base de hincar codos y otros que éramos más perezosos, algo estudiábamos, aunque más bien poco y centrábamos nuestra energía en el “copieteo”. Basta con darse una vuelta por nuestra web, en la sección “En las aulas” y allí encontraremos al menos dos relatos relacionados con el desprestigiado (por algunos) arte del copieteo.

Todo lo anterior viene como prólogo a un relato que volvimos a recordar en el pasado “encuentro de los abrazos” del día 29 de septiembre de 2018.

No quiero catalogar a nuestro protagonista de ninguna manera, baste con decir que como yo el tiempo de los estudios lo dedicábamos a otras cosas yo a mirar las musarañas y el a entrenar a futbol, era un fenómeno y porque no decirlo y con su permiso, porque nos gustaba copiar y a el sobremanera, no concebía un examen sin su meticulosa preparación para ejecutar el golpe maestro.

Creo recordar, si la memoria no me engaña, que cuando nos ponían un examen de esos “expres o sorpresa” es decir de un día para otro, la gran mayoría protestaba porque no daba tiempo para estudiar, Pablo protestaba porque no tenía tiempo para preparar las chuletas…….cosas del estudiante.

Chuletas de todo tipo, mirar al compañero, cambiazos, bolígrafos escritos……lo que podáis imaginar, ya fue probado y practicado con éxito en el Infanta, pero a veces las mentes mal pensantes de los profesores urdían estrategias para que nosotros no nos acomodásemos a un sistema y tuviésemos que estar en constante periodo de innovación.

Todo sucedió con Alvaro, profesor de inglés y que es el responsable de que aun a día de hoy sus antiguos alumnos sepamos tres o cuatro canciones en inglés. Hotel California, Puente sobre aguas turbulentas o Yesterday vienen a mi memoria solo con ver su foto o recordar cualquier anécdota suya.

Por la parte contraria, nuestro querido compañero de mil batallas Pablo Rodero, a la izquierda en la fotografía segunda.

Pues vamos al lio, el día de autos, a Don Alvaro se le ocurrió la feliz idea de subirnos a hacer el examen al estudio, supongo que aleccionado o mosqueado por los resultados de algún examen anterior y de que algunos sacasen la nota superior a lo teóricamente esperado.

Todos sabéis como era el estudio, una sala enorme llena de mesas largas a ambos lados de un gran pasillo y que en el centro tenía la mesa para el profesor a modo de minarete para otear todo el local.

En la mayoría de las ocasiones la utilizaba el inspector de turno con el grupo de diablillos (inocentes la mayoría) que había sido castigado a pasar una tarde de sábado o de domingo con el solo entretenimiento de pasar una y otra vez las hojas de algún libro para un lado y para otro con la esperanza de encontrar algo nuevo o de dejar tu nombre escrito con un cortaúñas o una llave a fin de que hordas venideras de huérfanos castigados supiesen que tu estuviste allí primero.

Colocar a 20 o 30 alumnos en aquel sitio era fácil, tú en la parte derecha de la mesa y tú en la izquierda y en la fila siguiente, al contrario, de esa manera garantizabas una distancia mínima de tres o cuatro metros entre los examinados.

A veces la precaución era tan elevada que se daban distintos exámenes para que aun estando a buena distancia los más cercanos no “pudiesen hablar el mismo idioma”.

Pablo realizo algún intento de comunicación con algún voluntario a compartir conocimientos, pero enseguida fue abortado por Don Alvaro, había que trazar un plan y era necesario hacerlo de manera urgente.

¡Ya está! Dicho y hecho, Pablo paso a la acción, reclamo la atención del profesor en dos o tres ocasiones y con preguntas claras y repetitivas haciendo hincapié en ellas, después puro teatro, simular que hacia el examen y a la hora de entregarlos en la mesa hizo una bola con el papel y en lugar de dejarlo donde el resto, se lo guardo, fin del primer acto.

Pasaron los días y tocaba dar las notas, probablemente era un día próximo a unas vacaciones y Don Alvaro comenzó a darlas, termino y Pablo se dirigió hacia el inquisitivo ¿Y mi nota?, el profesor reviso de nuevo los exámenes uno por uno y no lo encontró, entonces dijo, no lo tengo, no debiste examinarte a lo que Pablo como un resorte le espeto, ¡Pero hombre, no se acuerda de que le pregunte sobre tal y cual pregunta un par de veces!,……con lo bien que me salió el examen y me lo pierde…. Pablo no dejaba de poner caras de verdadero enfado y la cara de Alvaro, todo un poema, no sabía que decir, probablemente no habría tiempo para repetir y ante la insistencia de Pablo, le dice “lo extraviaría, en fin, voy a ponerle un cinco” para rematar la actuación como buen profesional del teatro e improvisando in extremis……. Pablo monta en cólera “para una vez que me esfuerzo y me sale genial, va usted y me lo pierde” a la vez que se le veía apesadumbrado………Alvaro cedió y opto por ponerle un bien (6), Pablo siguió refunfuñando, pero poco a poco fue callando, objetivo cumplido, un seis no estaba mal pero eso si, se merecía mucha más nota aunque solo fuera por el plan tan maquiavélico que urdió para aprobar Ingles.