La Enfermería

TITULO La Enfermería                 
AÑO 1960-1980
PROTAGONISTAS unas encantadoras señoras
AUTOR Pedro Merino

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Ese lugar donde unas encantadoras señoras, madre de algún huérfano casi siempre, junto a algún estudiante de medicina o enfermería,  nos atendían amablemente de todas las dolencias que teníamos. Incluso de aquella que era más dificil de curar: la soledad y la falta de cariño. 

Esta señoras que aun no siendo hijos suyos, lo éramos; donde el amor de madre se palpaba en el ambiente. Estando siempre pendientes de nosotros a cualquier hora del día y cualquier día de la semana.

Nunca agradecimos lo que realizaron por nosotros, por lo que desde estas líneas quiero en nombre de todos los colegiales deciros GRACIAS.

Donde con un poco de radiosalid nos curaban los golpes, con un supositorio la fiebre, con una venda nos librábamos de la gimnasia y del Señor Espinazo.

Recuerdo a María, Escolastica, Antonia, y tan otras que pasaron por esas dependencias. recuerdo a Don Cayetano, practicante pequeño y regordon que nos atendía con una sonrisa, y para todos los males solo existían dos o tres medicamentos. 

Donde comíamos caliente y en cantidad, las meriendas era un lujo. Aunque nunca sabré si eran del colegio o eran las propias señoras quien en algún caso nos la proporcionaban. 

Como para librarnos de la gimnasia acudíamos con dolores de pie. Creo que conociendo que mentíamos, se apiadaban de nosotros, nos daban un poco de radiosalid, aplicaban una venda y listos. Durante tres semanas libres del Sr Espinazo. 

Entre muchas de vivencias que ocurrieron, recuerdo mi ataque de apendicitis. Como en cuestión de minutos un coche me conducía al Hospital del Generalísimo (Moncloa), hoy ya no existe. Como a mi regreso, todo fue amor y paz para afrontar mi recuperación. 

Casi en el mismo tiempo, nos opero el mismo cirujano a Jesus Carranza y a mi. Pasados los años, Jesus ya  trabajando en el hospital como ATS, le dio un extraño ataque. Todo parecía indicar que era apendicitis, pero estaba operado. Lo paso francamente mal, según cuenta. Entro a quirófano a realizar una exploración. Y sorpresa, «tenía apéndice». Nunca fue operado.  Desde que me conto la historia, siempre he tenido la duda si me operaron o no. Moriré con el dilema.