Éramos deportistas

Hablar de deporte en el colegio es hablar de superación y triunfos, donde su práctica estaba abierta a todos. Como dijo nuestro entrañable Pepe de la Monja en su discurso del centenario: «hasta lo bajitos teníamos oportunidades de jugar al baloncesto«.

Ya en sus inicios, en preparación militar, se practicaba el esgrima. Cosa muy muy usual para un colegio de la época.

Existían equipos  de clase de futbol, baloncesto y balonmano, selecciones de bachiller, talleres y universidad, y el equipo del Infanta María Teresa en todas sus categorías. Donde era una selección de jugadores de los anteriores equipos. Casi podemos decir que era una escuela deportiva, y de donde salieron grandes jugadores en todas las disciplinas ( Santisteban, Manolin, Calleja, Apesteguia, Montero, …).

En la mañana del 8 de diciembre de 1956, se inauguran los campos de deportes (1 de futbol, 4 de baloncesto,  1 de balonmano, el frontón y la piscina). Con ese motivo se celebró o un partido de futbol contra el equipo del Instituto Ramiro de Maeztu, realizando el saque de honor el jugador del Real Madrid Santisteban, quien formo parte del equipo del colegio. Posteriormente se jugó un partido de baloncesto entre el Estudiantes Juvenil y una selección del colegio. 

Hablar de deporte en el Infanta, es hablar de Santiago Fanegas, antiguo colegial y responsable de deportes que promociono su actividad en todas sus facetas y categorías. Gracias Santiago.

Recuerdo con cariño las botas de baloncesto “adidas” que nos daban, que eran la envía de otros equipos, o el orgullo con el vestías la camiseta  del infanta los sábados por la mañana.

Eran de destacar los enfrentamientos con otros colegios de huérfanos (ferroviarios, marina, tierra, aire y policía nacional) donde la rivalidad se llevaba a los máximos extremos.