1959 Cada maestrillo con su librillo

TITULO Cada maestrillo con su librillo
AÑO 1960-1990
PROTAGONISTAS Los Profesores
AUTORES Juan Manuel Orozco – Cesar Diaz

Estoy seguro, que todos guardamos recuerdos de muchos de los profesores que nos tocaron durante su paso por el Infanta, unos para bien y otros para mal quedaron grabados en nuestra memoria, después, hay otros que permanecen en una zona gris, sin apenas recuerdos y que salvo alguno de nosotros haga algún comentario que nos refresque la memoria, se quedaran en esa zona castigados al olvido.  Independientemente de que algunos ya tengan anécdotas propias, voy a poner unas breves notas de los que yo recuerdo con más fuerza y aquellas cosas que me han quedado grabadas de ellos, a ver si os animáis y crece la lista.

Don Javier Antolin, (Matraco). Buen profesor, siempre a la búsqueda y captura de alguien para borrar la pizarra con la excusa de no sé que alergia (jiji). A veces se quedaba solo (salvo Pino) explicando y hacia unos exámenes de campeonato.

Sr. Aller, (Perchas), Para este profesor de física y química, necesitaríamos una sección propia, propietario de múltiples frases famosas del Infanta.

Don Marino Abanades del Arpa, Profesor de literatura, tímido y por su propia timidez cuando se sentía acorralado se enfurecía mucho, pero buena gente. 

Don Esteban, Párroco y profesor de religión, pegado a una sotana llena de lamparones, con una pipa que goteaba baba constantemente y de imaginación amplia en lo referente a su vida pasada. 

Padre Almellones, Párroco jesuita, sustituto de Don Esteban, impulsor de un poco de modernidad en el coro de la iglesia y una forma más juvenil de esta de acercarse a los adolescentes. 

Alvaro (Cipriano), Apodo para un profesor de ingles, que revoluciono con su método de poner canciones en clase y por sus frases con pregunta y respuesta que no tenían nada que ver una con la otra. 

Tte. Coronel Espinazo, Profesor de gimnasia, muy marcial y recto en su trato, que nos aburría con las tablas cuando la mayoría queríamos más “acción” 

Don Manuel Carrascosa Cobo, Director y profesor de filosofía durante muchos años, independientemente  de otras cuestiones, en lo docente, era muy pesado (al menos para mí), muy famoso por su corta vista. 

Don Angel Gracía López, (el poeta), Profesor de geografía e historia, siempre pegado a un cigarro, de voz ronca y pausada, en su primera visión daba temor, pero no era agresivo. 

Por Cesar Díaz: Mi evocación lo distingue en el contexto de la época, primera mitad de los años 70 del siglo pasado, y singularmente en el ambiente del Infanta, como un profesor educado, paciente, tolerante y ameno en sus exposiciones. No recuerdo que anotara el nombre de ningún alumno en los partes, ni aplicar castigos físicos. Guardo en mi memoria el sonido de su voz y su rico verbo refiriéndose enfáticamente a Carlomagno como “el de la barba florida” o a la «depresión de los ríos Tigris y el Éufrates” como “el creciente fértil”. También me gustaba su método para estimular el estudio de la geografía mundial haciendo competiciones entre los alumnos sobre las capitales de los estados, los ríos etc.

José María (Witi), Profesor sustituto de Don Ángel, de aspecto bonachón y sociable.

Sr. Anaya, (Kalisay), Profesor de ciencias naturales, que no usaba libros y que era un experto en la materia, daba unas clases amenas y exigía muchísimo. Los huérfanos injustamente conseguimos que dimitiese o fuese expulsado. 

Coronel Monzon.  Sustituyo y durante un tiempo simultaneo en diferentes cursos con el Espinazo, fue una entrada de aire nuevo en la gimnasia y el dejar de hacer tanta “tablita”. 

Don Francisco, Guardia Civil, que llevaba la tuna, tocaba muy bien la guitarra y eso tenia como disculpa para tener unas uñas “sacamocos” de órdago.

D. Ignacio.  Alto de estatura para su época, delgado y rostro anguloso, algo cadavérico, mostraba con los alumnos un carácter arrogante.

D. Francisco Arquero. Oficialmente, profesor de FEN. En la práctica se le recuerda como un señor que llegaba a clase con un maletín lleno de revistas que se ponía a leer o que ojeaba, después. La respuesta de la clase era directamente proporcional a su interés.

Sr. Camaró. Profesor de francés. De aspecto propicio a la caricatura e imprevisible, podía ser en un instante Dr Jekyy y Mr Hyde. En su descargo diré que nuestra actitud también propiciaba que expresara esa personalidad. La pronunciación y el acento se practicaban a coro. Recuerdo la afectación con el coro se empleaba con la palabra “la lluvia” (la pluie) cerrando la “i” y prolongando su pronunciación.

D. Joaquín. Profesor de matemáticas en bachiller. De rostro algo quijotesco, era educado y respetuoso con los alumnos. No era intimidador. De sus clases recuerdo sobretodo el álgebra de conjuntos. Cuántos conjuntos, diagramas de Euler, propiedades y relaciones nos enseñó de un álgebra que yo no he visto estudiar a mis hijos. “Caballeros, por favor”.

Sr. Pagola. Profesor de Latín. Introvertido, austero y distante. Persona de gran formación, quiso enseñarnos una lengua muerta sin conectarnos con su tiempo, su historia y sin revelarnos su influencia y herencia en nuestra lengua y, en general en la cultura del mediterráneo.

D. Manuel Martínez. En las frases del blog se pueden leer algunas “perlas” de él. Si por algo destacaba sobre el resto de profesores era por su peculiar sentido del humor y por su gusto por la disciplina inglesa como dispositivo expeditivo para corregir o reprochar a los alumnos su conducta. ç

D. Matias. Profesor de tercero de primaria. Hombre entonces de aspecto de bastante más edad que el resto de docentes de primaria. Al contrario que D. Manuel Martínez y D. Ignacio, conectaba emocionalmente con los alumnos, mostrando mayor sensibilidad y unos modos de mantener el orden y la disciplina mucho más suaves. En el diccionario del blog, se le asigna la “Mofletada blanca” que yo la recuerdo en su ejecución de modo distinto al que se ha descrito en aquel. Yo recibí unas cuantas, pero cogiéndome el moflete con la mano izquierda y palmeándome, no con dureza, el otro lado de la cara con los dedos de su mano derecha. “Tienes que hacer la letra más recta”.

11 respuestas a 1959 Cada maestrillo con su librillo

  1. lorenzohm dijo:

    Don Manuel Martínez, mi querido profesor de tercero de primaria, falleció recientemente. Le pilló el virus que nos asola estos días. D.E.P.

  2. Fernando Diaz dijo:

    Quiero recordar una historia en la que el padre esteban fue el protagonista principal; se corría el rumor de que en lo que era la antigua enfermería del colegio se había escondido un chino; y como cualquier detective al uso, fuimos Vicente vernal, cubillo, y yo Fernando Díaz a ver si teníamos la suerte de encontrarlo: fuimos dando golpes y portazos por todas las habitaciones que estaban abandonadas con material incluso por el suelo y gritando, para así calmar nuestro propio miedo chino ,cabron, hijo puta , sal que te vamos a matar.
    hasta que dimos con una habitacion cerrada y una silueta negra,que se intuía sobre los cristales biselados arreciamos nuestra furia y de repente se abrió la puerta y salio el padre estaban, con una cara desencajada nos encerro en una habitacion y solto toda su ira contra nosotros puedo deciros que lo del pulpo fue poco habia tirones de pelos,puñetazos ,patadas y se corto cuando le dije gritando se lo voy a decir a mi padre cacho cabron
    luego fue a hablar con un inspector y nos metieron domingos indefinidos de los cuales solo cumplimos uno

  3. César Díaz dijo:

    Hola José Luis. Cuánto tiempo sin saber de ti. Qué gracia que te acordases de aquel episodio y no de su coprotagonista. El padre Esteban era un personaje peculiar. En clase lo mismo te sorprendía abriéndote un espacio de tolerancia inimaginable en aquel tiempo y contexto como que se le cruzaba un cable y reaccionaba de aquella manera. Un abrazo.

  4. Fernando Diaz dijo:

    hola pedro desgraciadamente no tengo en mi propiedad muchas fotos pero prometo publicar alguna si consigo saber como se hace, desgraciadamente mi padre fallecio 3 meses despues de juvilarse y no tengo muchas fotos de elcomo os he dicho pues a ttalleres bajaba solo para estar un rato con el

  5. Fernando Diaz dijo:

    soy fernando mi direccion de correo es falonso58@gmail.com no soy muy ducho en el tema de informatica por lo que os ruego me perdoneis de antemano un abrazo

  6. Fausto dijo:

    Buenas César, quería corregir un pequeño desliz (el tiempo no perdona). El profesor de dibujo no era D. Francisco Arquero, que nos dió clasa por la tarde en primaria en 5º B y en los primeros cursos de bachiller de FEN. El profesor de dibujo se apellidaba Pérez de Tudela (el Tudela) y por cierto en COU (tú ya no estabas con nosotros) nos dió FEN o más bien lo que le sucedió a dicha asignatura. Este profesor nos iba a acompañar en nuestro viaje de fin de estudios por Andalucía, el cual quedó cancelado al morir la hija de D. Manuel Carrascosa y no hacerse nadie cargo de tramitar el viaje en su ausencia.
    Por cierto, me acuerdo perfectamente de tu relato del «Padre Pipote» y Gary Cooper.

    • César Díaz dijo:

      Hola Fausto. Muchas gracias por corregir mi errata. Agradecería a los administradores del blog que, si puede ser, corrigieran en mi post este imperdonable lapsus ya que el recuerdo que atribuyo al profesor Francisco Arquero corresponde al profesor Pérez de Tudela.

  7. César Díaz dijo:

    Se sabe que la memoria es subjetiva, selectiva y fragmentaria. Los siguientes comentarios son recuerdos e impresiones de la niñez y la adolescencia temprana. Han pasado muchos años desde entonces. Como a todo, puede que el paso del tiempo los haya afectado.

    Padre Esteban. Guardo recuerdos similares a los que Pedro evoca y a los que añadiría los siguientes:

    1.- La pipa en que fumaba, por la que se deslizaba y goteaba su baba, la alimentaba no con picadura de pipa, sino descargando en su horno el tabaco de Celtas cortos. Era un fumador “heavy”.

    2.- Recuerdo que siempre que se refería a las madres de los alumnos lo hacía elogiando su belleza. A mi me desconcertaba.

    3.- Fui testigo y protagonista, respectivamente, de dos episodios, no recuerdo que sucediera más veces, en los que se le fue la mano:

    a) En primero de bachiller. Tres huérfanos se habían “fumado” su clase. Por casualidad les vio por el cristal de la puerta cruzar agachados por el pasillo. Abrió la puerta del aula y les ordenó que entraran en clase. Una vez dentro, se deprendió de la pipa y las gafas posándolas en su mesa, mientras los tres alumnos permanecían de pie. Se dirigió hacia ellos y con las manos abiertas estrellándose en sus caras y los puños en sus cuerpos, les propinó una soberana paliza que nos dejó atónitos y desencajados.

    b) En tercero o cuarto de bachiller. En uno de sus episodios “fantásticos” relató, a propósito de la expresión “jauría de perros”, que el actor Gary Cooper poseía una. Hasta aquí sin consecuencias. Pero inmediatamente añadió que él le había visto en Madrid, justo antes de morir, en los estudios cinematográficos que había o hubo a unas tres manzanas al norte del Infanta. Yo me sentaba en la última fila y comenté a “Vitín”, compañero externo que se sentaba a mi derecha, que eso era imposible porque Cooper murió en EE.UU., víctima de un cáncer. Ambos nos echamos a reír. El padre Esteban nos sorprendió. Me ordenó que me levantara y le dijera de qué me reía, contesté que me reía de un chiste que le había contado a “Vitín”. Esteban le interrogó por el chiste, respondiendo que no le había contado chiste alguno. Muy enojado, nos ordenó salir a la pizarra. Ambos de pie, de frente a la clase, fuimos nuevamente preguntados por el motivo de nuestra risa y sin esperar a la respuesta nos administro en el rostro un potente y sonoro “sacramento”. A continuación nos expulsó de la clase y anotó en el parte nuestros nombres con la nota siguiente “Expulsados por sinvergüenzas”.

    Yo comenté el incidente con mis padres. Ellos me dijeron que, efectivamente, Gary Cooper había fallecido en EE.UU., y que, seguramente, el padre Esteban se había querido referir a Tyrone Power que murió en Madrid de un infarto.

    4.- En algunas clases tenía inspiraciones artísticas y gustaba escribir en la pizarra letras, nombres o frases con caligrafía del estilo Copperplate inglesa.

    5.- Evocaba en términos muy elogiosos al Papa Juan XXIII y al Concilio Vaticano II. Su forma de mostrarnos la religión católica estaba alineada con aquellos postulados.

    D. Ángel (El poeta). Seguramente es el profesor del Infanta que me dejó mejores recuerdos. Mi evocación lo distingue en el contexto de la época, primera mitad de los años 70 del siglo pasado, y singularmente en el ambiente del Infanta, como un profesor educado, paciente, tolerante y ameno en sus exposiciones. No recuerdo que anotara el nombre de ningún alumno en los partes, ni aplicar castigos físicos. Guardo en mi memoria el sonido de su voz y su rico verbo refiriéndose enfáticamente a Carlomagno como “el de la barba florida” o a la depresión de los ríos Tigris y el Éufrates” como “el creciente fértil”. También me gustaba su método para estimular el estudio de la geografía mundial haciendo competiciones entre los alumnos sobre las capitales de los estados, los ríos etc. Para mí fue un buen profesor.

    D. Ignacio. Profesor que no figura nombrado. Alto de estatura para su época, delgado y rostro anguloso, algo cadavérico, mostraba con los alumnos un carácter arrogante. Me dio clase al menos en primero de primaria y en cuarto de bachiller en la asignatura Formación del Espíritu Nacional (FEN). Guardo de él dos recuerdos singulares:

    1.- En cuarto de bachiller, su enardecida adhesión al “Régimen” y su apasionada admiración al “Caudillo” de España. Su aversión visceral a los sistemas políticos de la Europa oriental y también de la occidental. Su visión de la historia contemporánea de España y, en especial, de la 2ª República.

    Un nota que viene a propósito de este comentario, aunque no del profesor. En primaria, no sé si en todos los cursos, al acabar las clases de la tarde, formábamos en la galería en la que se encontraban las aulas para hacernos cantar un “mix” del “Oriamendi” y el “Cara al Sol”.

    2.- En primero de primaria, con 8 años, uno de los primeros días de clase, sino el primero, Al poco de comenzar la clase, estando sentando en la silla de mi pupitre, sentí sobre mi cabeza un golpe que me causo dolor y escozor instantáneo. Supongo que el castigo recibido se debería a que estaba hablando. Al girar mi cabeza, consolándome el daño producido con la mano sobre ella, vi que D. Ignacio había descargado sobre mi cráneo el palo recortado de una escoba. No empezaban bien las cosas.

    D. Manuel Martínez. Profesor que no figura nombrado. En las frases del blog se pueden leer algunas “perlas” de él. Si por algo destacaba sobre el resto de profesores era por su peculiar sentido del humor y por su gusto por la disciplina inglesa como dispositivo expeditivo para corregir o reprochar a los alumnos su conducta. Evocaré dos momentos:

    1.- En segundo de primaria. No sé como el saliente de la pizarra donde se dejaban las tizas y el borrador se rompió. Cuando Martínez advirtió su estado, enfureció mucho más de lo hasta entonces visto y ya habíamos visto mucho. No recuerdo cómo identificó al presunto autor del desperfecto, de apellido Ponce. Pero sí recuerdo lo que aconteció inmediatamente después dejándonos estupefactos. Puso a Ponce de espaldas apoyando su abdomen en un pupitre de la primera fila y, seguidamente, se desabrocho el cinturón, lo extrajo del pantalón y comenzó a estrellarlo contra el cuerpo de Ponce.

    2.- También en segundo de primaria, recuerdo que un día que tocaba Catecismo, Martínez llamó a la pizarra a varios alumnos, entre los que me encontraba yo. Nos dispuso en semicírculo. A continuación nos hizo una pregunta. No recuerdo lo que medió o qué medió entre la pregunta y la acción que se desencadenó posteriormente, que fue exclamar el pronombre “tú” dirigiendo enérgicamente el dedo índice a cada uno de nosotros para inmediatamente después barrernos las mejillas de una sola vez con una mano. Vamos un “drive” colectivo, un pleno de bolera.

    D. Joaquín. No figura nombrado. Profesor de matemáticas en bachiller. De rostro algo quijotesco, era educado y respetuoso con los alumnos. No era intimidador. De sus clases recuerdo sobretodo el álgebra de conjuntos. Cuántos conjuntos, diagramas de Euler, propiedades y relaciones nos enseñó de un álgebra que yo no he visto estudiar a mis hijos. “Caballeros, por favor”.

    Sr. Pagola. No figura nombrado. Profesor de Latín. Introvertido, austero y distante. No recuerdo que fuera intimidador. Supongo que persona de gran formación, quiso enseñarnos una lengua muerta sin conectarnos con su tiempo, su historia y sin revelarnos su influencia y herencia en nuestra lengua y, en general en la cultura del mediterráneo. A mi me dio muchas oportunidades para aprobar su asignatura en cuarto, pero no supe y tampoco quise conectar con ella. Dejé el Infanta llevándomela pendiente. En otro colegio, en otra atmosfera y yo también con otra actitud, aprendí latín y lo aprobé, aunque tarde para mi destino, porque que elegí el bachillerato de ciencias.

    D. Matias. Profesor de tercero de primaria. Hombre entonces de aspecto de bastante más edad que el resto de docentes de primaria. Al contrario que Martínez e Ignacio, conectaba emocionalmente con los alumnos, mostrando mayor sensibilidad y unos modos de mantener el orden y la disciplina mucho más suaves. En el diccionario del blog, se le asigna la «Mofletada blanca” que yo la recuerdo en su ejecución de modo distinto al que se ha descrito en aquel. Yo recibí unas cuantas, pero cogiéndome el moflete con la mano izquierda y palmeándome, no con dureza, el otro lado de la cara con los dedos de su mano derecha. “Tienes que hacer la letra más recta”.

    D. Francisco Arquero. Oficialmente, profesor de dibujo. En la práctica yo lo recuerdo como un señor que llegaba a clase con un maletín lleno de revistas que se ponía a leer o que ojeaba, después de mandarnos dibujar o colorear algo del cuaderno de dibujo o copiar algún objeto que pintaba veloz en la pizarra. La respuesta de la clase era directamente proporcional a su interés, derivando ello en cierto desorden que cuando hartaba a Arquero, acababa con él dando un fuerte palmetazo en la mesa, seguido de unas voces.

    Sr. Camaró. No figura nombrado. Profesor de francés. De aspecto propicio a la caricatura e imprevisible, podía ser en un instante Dr Jekyy y Mr Hyde. En su descargo diré que nuestra actitud también propiciaba que expresara esa personalidad. La pronunciación y el acento se practicaban a coro. Recuerdo la afectación con el coro se empleaba con la palabra “la lluvia” (la pluie) cerrando la “i” y prolongando su pronunciación.

    • Fernando Diaz dijo:

      soy fernando el hijo del maestro de forja creo hemos estudiado juntos por favor vamos a ponernos en contacto

      • Pedro Merino dijo:

        Hola Fernando, Soy Pedro Merino Calvo. No se si tu comentario es para Fausto o para Juan. Como quieres que contactemos. Sería muy bueno que escribieras sobre tu gra padre y seguro que tienes alguna foto curiosa.
        Un abrazo

    • José Luis dijo:

      Buenas César, soy José Luis, el que estaba a tu derecha en el relato de la confusión del padre Esteban de Gary Cooper por Tyrone Power y que compartí el 50% de las “sacramentales” bofetadas. Con el transcurso de los años recordaba así la anécdota, pero no con qué compañero ocurrió (duda resuelta). Los estudios cinematográficos que mencionas eran “Sevilla Films”, ocupaban los terrenos en los que hoy está Alcampo (antes Jumbo) y la Piscina Municipal en Príncipie de Vergara.
      ¡Saludos a todos!

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