Juan Carlos Rodríguez Búrdalo

ALUMNO	Juan Carlos Rodríguez Búrdalo
AÑO	1946 –
FUENTE	Varias referencias en Internet

Huérfano de la Guardia Civil
Alumno del Infanta María Teresa
Académico de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo
Académico de la Real Academia de Córdoba, de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes
Consejero Académico de la Cátedra UNESCO
Promoción Socio-Laboral, de la Fundación Sagardoy
General de División de la Guardia Civil
Licenciado en Derecho por  la Universidad de Extremadura

Su página Web: http://www.jcrburdalo.es/

Cuando tenía siete años, el hoy general de división ingresó en el Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil Infanta Maria Tersa, en Madrid,  que aparece en su obra poética asociado a su infancia y a la felicidad. Él recuerda su paso por ese colegio como una etapa de tristeza y soledad.

Nieto de un suboficial del Ejército e hijo de un Guardia Civil que murió en una escaramuza con una partida de maquis. «Con el paso del tiempo ha averiguado que el oficial al mando le ordenó a su padre que rematase a un hombre que estaba malherido. Su padre fue hacia él, pero se dio la vuelta para pedirle al jefe que lo hiciera otro guardia más veterano. Justo en ese momento, el herido le mató por la espalda«, según comenta.

Nació en 1946 en un pueblo pequeño de Cáceres, Piedras Albas, justo en la frontera con Portugal. A la primera infancia, pobre pero alegre, sucede, a los siete años, el desamparo y la soledad. Su abuelo Mateo decide contra viento y marea enviarlo a estudiar a Madrid. Llegan los años del colegio de huérfanos de la Benemérita y la lejanía del hogar.

En el colegio Infanta tuvo la fortuna de tener dos profesores que le encauzaron aquella inquietud poética que tenía desde niño, ya hacía algunos versos sobre papeles perdidos, y supieron dirigirme hacia lecturas que dejaron su poso en él y que muchos años más tarde, una vez iniciada mi carrera militar, pero con los años, aquel poso que había quedado dio sus resultados.

El niño solitario descubre a Bécquer y, con el poeta romántico, las palabras empiezan a explotar en imágenes. El bachillerato, madrileño y también lejos de casa. Luego la Academia Militar de Zaragoza y por fin el ingreso en el cuerpo de la Guardia Civil.

Siendo adolescente comenzó a escribir poesía, sin duda una escritura ingenua y torpe, aunque ya empezaba a despuntar su obsesión por la muerte y el paso del tiempo. Pero realmente su pasión por la poesía no se despertó hasta que tenía ya más de 30 años. Al terminar la carrera de Derecho fue cuando me entró la fiebre del enamoramiento de la poesía», recuerda. Un amigo le invita a presentarse al Premio Nacional de Poesía Militar… y lo gana. Fue el primero de los muchos galardones que ha cosechado a lo largo de su vida, entre ellos el que lleva el nombre de Claudio Rodríguez, uno de los poetas a los que más admira.

General de división. Subdirector general de Conducción de Crisis. Secretaría General de la Presidencia del Gobierno. Complejo de la Moncloa». Tras ascender a general de brigada el año 2001, Rodríguez Búrdalo fue jefe de la Zona de la Guardia Civil de Castilla-La Mancha. Ahí, en Toledo, coincidió con el socialista José Bono, presidente del gobierno regional, con el que fraguó una sólida amistad. «Es un amigo y un gran poeta que, eligiendo el ámbito de la poesía para expresar sus emociones, viene a romper los esquemas a quienes piensan que eso es imposible en la Guardia Civil«, dijo Bono de él.

Un poeta atípico que trabajaba a 30 metros bajo tierra, en el búnker del palacio de la Moncloa. Subdirector general del Gabinete de Conducción de Crisis, es decir, quien debería poner en marcha todos los medios necesarios para resolver un eventual conflicto nacional, originado por una catástrofe, una epidemia u otra causa, a las órdenes directas del presidente del Gobierno.

Los títulos de sus libros son significativos:

• Los himnos visitados
• Cartografías
• De piel y humo
• Del perfil opaco de los pasos
• Ciudad sin labios
• Al sur de las estrellas
• Nocturno y luna del planeta muerte
• De un oficio infinito
• El arpa cercenada.

 Premios

• Premio “Federación de Asociaciones Extremeñas de la Zona Centro”. (Madrid, 1984).
• Premio Hispanoamericano de poesía «Amantes de Teruel» y Flor Natural de dicho certamen (Ayuntamiento de Teruel, 1984).
• Finalista del Premio “Gemma”, por El arpa cercenada.(Madrid,1985)
• Premio del Certamen Nacional de poesía corta de Jerez de la Frontera, 1985.
• Premio «Universidad Popular» de poesía del Ayuntamiento de Cáceres, 1985.
• Premio “Adalid”,  por De un oficio infinito. (Madrid,1986)
• Medalla de Oro en el VIII Certamen Nacional de poesía «Ciudad de Archidona». Ayuntamiento de Archidona, Málaga, 1986.
• Premio de poesía del Certamen Nacional «Villa de Valdemoro” (Centro Cultural de Valdemoro. Madrid, 1987)
• Premio de poesía en el Certamen Nacional de la Institución Provincial de Cultura «Marqués de Santillana» de la Diputación de Guadalajara, 1987.
• “XI Premio Internacional Jaén”, por Nocturno y luna del planeta Muerte.(Jaén,1988)
• Premio “Claudio Rodríguez”, por Del perfil opaco de los pasos. (Salamanca,1991)
• Finalista X concurso Poemas Ciudad de Zaragoza, 1992, págs. 209-219 por En las breves comisuras del mar (poemas editados junto con otros finalistas)
• Premio “Miguel Hernández”  (Rosal de la Frontera, Huelva.1993)
• Premio “Ateneo de Onda”, por Ciudad sin labios. (Onda, Castellón,1993)
• Premio “Orippo”, por Equipaje de otoño. (Sevilla,1993)
• Premio “Ciudad de Ávila”  (Ávila, 1994)
• Premio Extremadura desde la Ausencia  (Mérida. Junta de Extremadura.1995)
• Accésit del Premio «Ciudad de Torrevieja», por De piel y humo.(Torrevieja, 2000)
• Premio “Ciudad de Alcalá de Henares”, por Cartografías. (Fundación Colegio del Rey. Alcalá de Henares.2002)
• Propuesto por la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo al “Premio Reina Sofía de Poesía” de 2004.
• «Encina de oro-Extremeño del año fuera de Extremadura», reconocimiento a su obra profesional y  literaria (Federación de Asociaciones extremeñas en la Comunidad de Madrid 2007).

 Un figura de letras, que era algo complicado en el Infanta