1943-1950 – Deusto – San José

El Colegio femenino de «San José» en Deusto (Vizcaya), ubicado en la calle Ibarrecolandia, nº 40, estaba regentado por la Congregación de Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos (Ursulinas).

Su fundador Pedro Bienvenido Noailles nació en Francia el 23 de octubre de 1793, durante la Revolución Francesa. De vocación tardía, a los 23 años, ingresó en el seminario. Tras ordenarse en 1819 vuelve a Burdeos, mostrando una especial predilección por los enfermos. Desde 1820, en Burdeos crea diferentes asociaciones activas de apoyo a los más necesitados y las llamó congregaciones de la Sagrada Familia.

De la Congregación de San José viene el nombre del colegio ubicado en el barrio del mismo nombre. La Congregación se asentó en marzo de 1938. Fue la Hna. Concepción López de Medrano, que estaba en Burdeos refugiada por la Guerra, la que, añorando la tierra, deseaba la fundación de una casita para las huérfanas.

La Congregación consiguió poner en marcha el primer colegio en el chalet de la familia Otaola, por el que abonaban la cantidad de 50 ptas. en concepto de alquiler de la casa, que recogía a 30 niñas, “huérfanas de asesinados” de la Guerra Civil, como nos comenta la Hna. Javier. En 1940 el Obispo de Vitoria accede a las peticiones de la Congregación que pudo abrir otra casa “en el populoso barrio de La Ribera -a cargo hasta hace poco de las hermanas Carmelitas- … con el objeto de que no queden sin instrucción los niños de este barrio tan alejado de la parroquia y de las Escuelas Municipales”. Esta casa se conoció popularmente como el colegio de las cien huerfanitas.

En 1945 la madre María Manuel con el apoyo de “bienhechores” y diversos donativos emprende la labor de construir el nuevo colegio que daría cabida a las huérfanas que ya acogían y a otras más (de la Guardia Civil). Las obras finalizaron en 1958. En el nuevo edificio hubo internas, mediopensionistas y externas, hasta que aproximadamente en 1968 queda como un colegio normal. El colegio tenía una estructura muy amplia y estaba muy bien organizado, tanto en el ámbito de la construcción como en el educativo. Tenía mucho alumnado, con un buen profesorado. Se impartían clases desde jardín de infancia hasta 4º de Bachillerato; pero se tenían que examinar en el Instituto de Bilbao. También hubo una sección de Secretariado, e incluso algunas alumnas se preparaban para examinarse en la Escuela Normal. En 1965, el colegio quedó plenamente reconocido.

En él estuvieron 27 huérfanas de la Guardia Civil desde al año 1943 a 1950. Unas alumnas estudiaban secretariado, otras comenzaron el bachiller, e incluso hubo quienes empezaron a examinarse de Magisterio.

El cabo Alfredo fue el encargado por la Comandancia de Bilbao de realizar mensualmente una visita al colegio, al objeto de inspeccionar el servicio de higiene y de las dependencias que ocupaban las huérfanas y comprobaba si la alimentación que les proporcionaban era la adecuada. El citado cabo no tuvo conocimiento de la estancia de ningún otro colegio de la zona en el que hubiese huérfanos varones.

El uniforme tanto de las niñas como el de las monjas fue variando con el tiempo. Al principio era negro con una toca blanca, al estilo bretón. Más tarde usarán el hábito gris las monjas y un pichi del mismo color las alumnas, para posteriormente todas prescindir de él.

El Colegio pasó a ser propiedad del Gobierno de Euskadi. Y en la actualidad una parte del local quedan algunas religiosas, pero desligadas de la labor docente.

En la actualidad junto con la ESO y un ciclo formativo de animador sociocultural, se imparten bachilleratos en modelo A y D de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud, y de Humanidades y Ciencias Sociales.