Me quitaron mi palacio

TITULO Me quitaron mi palacio
AÑO 1952
PROTAGONISTAS Laureano González Rodríguezos
AUTOR Laureano González Rodríguez

Difícil consuelo podía tener aquél impúber, se consideraba frustrado al reflexionar que le habían traicionado una vez más. Aún le martilleaba en las sienes la reminiscencia distante del día en el que una pareja de la Guardia Civil, teniendo apenas tres años de edad, le habían sacado de raíz de los brazos de su madre, (proceder pueril que suscita no intuir la abnegada misión de los escoltas), para trasladarlo a un hospicio de religiosas en la población de Valdemoro. En el transcurso del viaje, se enamoró, con la candidez que sólo puede desarrollar un crío, de aquellos fieles servidores, que le correspondieron con toda su ternura y sutileza, y, cuando se sentía henchido por el amparo de aquéllas dos piadosas almas necesitando permanecer de por vida a su lado, nuevamente sufrió en sus carnes el desgarro de una nueva incuria que no llegaba a discernir, ¿por qué le abandonaban a las puertas de un lugar de recogimiento entregándoselo a una vieja beata?

Sólo el transcurrir de los años, aproximadamente cuatro, lograron hacer de aquél pequeño mocoso la criatura más feliz del Universo. En el Colegio “Marqués de Vallejo” halló el chaval su soñado Palacio, se sintió como un Príncipe y no echó de menos absolutamente nada. Tenía una familia que le adoraban (monjas y otras huérfanas como él de distintas edades), que le protegían, querían, mimaban, que jugaban con él hasta la extenuación, que le hacían reír tanto, tanto…, que no llegaba a acordarse de cómo se lloraba. Disponía de la frondosidad de una Selva, más propia de una película de Walt Disney, centenares de árboles, jardines, arriates con pensamientos, rosas, claveles…; hasta una piscina. Una pequeña y coqueta Iglesia, adornada con decenas de azucenas. Animales domésticos de todas las especies que le deleitaban y con los que retozaba como, vacas, cerdos, caballos, perros, gallinas, conejos, patos, pavos reales, (los gatos no se veían por que se los comía, no era broma, el granjero que trabajaba para el colegio); además de salvajes como lagartos, lagartijas, ranas, pájaros, culebras… La enseñanza fue tan exquisita que hasta los estudios le dieron tal goce que los afrontaba como si de un juego se tratase, asimilando todo lo que le enseñaron, por cierto con sobresaliente aprovechamiento. Vestía con las mejores galas; los alimentos le parecían grandes manjares. Olvidó dos palabras elementales del entorno familiar, padre y madre, ignoraba que significaba aquéllos dos vocablos y que existían, a pesar de que las monjas le recordaban frecuentemente que tenía una mamá y le instaban a quererla mucho. No tuvo vacaciones, ni sabía que significaban, ni las necesitaba, en una palabra ¡era el arrapiezo más feliz del mundo!

Por eso, cuando en el mes de junio del año 1952 una religiosa me confinó en la puerta principal del Colegio “Infanta María Teresa” a un responsable de dicha comunidad, codiciaba morir de cólera, Una vez más me habían manipulado, sintiéndome derrotado, ultrajado, roto, afligido, abandonado, mezquino, menesteroso… Odiaba haber crecido, ambicionaba con retornar a mi Palacio, con mis monjitas y con mis hermanitas del “Junca”, sentía que sólo ellas eran mi familia; no quería ir a otro lugar, aunque en ese otro lugar tuviera a dos hermanos, con diez y catorce años esperándome; es más, aún en el caso de que me hubieran llevado a mi casa con mi madre tampoco hubiera cambiado la opción por el Colegio “Marqués de Vallejo”.

14 respuestas a Me quitaron mi palacio

  1. soledad perez del camino dijo:

    Si yo entre en el juncarejo en el 47 alli coincidicon laureanito como le llamabamos carñosamente.era un crio guapo y muy buenoefectivamente le cuidaba la «abuela» era una señora mayor a la que acdiamos casi todas las niñas habia que ver como cuidaba de laureanito.habian 3 niños en mi epoca eran nuestros hermanod pequeños.lastima despues pierdex la pista de personas queridas.

    • Laureano dijo:

      Soledad, gracias por los piropos proferidos a aquel huerfanito que tanto amor sentía hacia sus «hermanas». Recibe un fuerte abrazo de este que te quiere a pesar de haber transcurrido casi sesenta y cinco años.

  2. Pilar iñigo vidal dijo:

    Yo si recuerdo a Laureano. Vivían con la ABUELA él y dos màs, uno era Manolin Ángulo. Y.el otro no me acuerdo de su nombre. Pero Laureano era.el niño.mejor. peinado que he visto.y además muy bueno.y cariñoso. Vivían debajo de la enfermería con la ABUELA l lo l..

    • Laureano dijo:

      Pilar, a este abuelete de setenta años, despeinado, con poco pelo, cariñoso y cascarrabias le gustaría poder darte un abrazo de hermano, para demostrarte que a pesar de los años pasados os sigo queriendo con idéntico afecto al que entonces demostraba. Para tu conocimiento te diré que los otros dos niños eran Manuel Angulo Usón y Víctor Manuel Maestre Jiménez.

  3. Anónimo dijo:

    Yo si recuerdo a Laureano. Vivían con la ABUELA él y dos màs, uno era Manolin Ángulo. Y.el otro no me acuerdo de su nombre. Pero Laureano era.el niño.mejor. peinado que he visto.y además muy bueno.y cariñoso. Vivían debajo de la enfermería con la ABUELA l lo l..

    • Laureano dijo:

      Manuel Angulo Usón, Víctor Manuel Maestre Jiménez y un servidor (ya con poco pelo) éramos los tres niños. Gracias por tus comentarios hacia mi persona, pero la realidad es que todas vosotras erais unas preciosidades de «hermanitas». Un besote.

  4. Tomás Suárez dijo:

    Yo también, como dice nuestro hermano Urruchi, he leído con anterioridad esta «confesión» de nuestro hermano Laureano, porque confesar es abrir el alma y dejar salir los sentimientos para compartirlos con los tuyos, y que cada uno siente en el momento de expresarlos, como consecuencia de unas realidades personalmente vividas, no me canso de leer no sólo este escrito, sino cualquier otro de los que en esta página se plasman, todos son producto de vivencias y sentimientos, que en la mayoría de los casos, no sólo son compartidos sentimentalmente, sino también vivido por quienes las leemos.
    Pero creo que en esta vida, de momento no tenemos otra, debemos ser positivos, y ver en todos estos comentarios de las propias vivencias, los sentimientos compartidos, que siempre que así sea terminan en una verdadera amistad, a pesar de que esta no siempre nos permita dar el abrazo deseado con el amigo, porque la distancia nos achica los brazos, pero nos alarga el cariño. Felices los que tenemos la suerte de conocer y sentir esta maravillosa palabra !!! AMISTAD ¡¡¡

  5. M.luz dijo:

    Me ha encantado.

  6. Herminia Muñoz dijo:

    Me has emocionado hermano Laureano. Comparti ese bonito vergel de Juncarejo, aunque no coincidimos en el tiempo.
    Un abrazo pinfano.

  7. Herminia ? dijo:

    Me has emocionado hermano Laureano. Comparti ese bonito vergel de Juncarejo, aunque no coincidimos en el tiempo.
    Un abrazo pinfano.

  8. juan moreno llado dijo:

    Me da mucha pena ser el unico de mi promoción que escribe en estas paginas, leo todas vuestras historiasy no conozco a nadie, sois mas jovenes que yo, ya lo he dicho en algun otro apartado tengo 71 años, he puesto una lista de mis compañeros de clase para ver si alguno los conoce o algun familiar. Claro vuestras vivencias son mucho mas actuales, incluso las instalaciones que veo en fotos no son las que teniamos entonces. Un abrazo.

    • urruchi dijo:

      Juan, tienes ahora 74 años, yo 70 al igual que muchos de nosotros. Es verdad que en aquellos tiempos 4 años de diferencia eran muchos años, pero hoy en día esa diferencia se volatilizò. Muchos de los que leemos esta nuestra querida página prefieren dar un «me gusta» en facebook, quizás por falta de tiempo o por vagancia «escritorial».
      El Laure es un fenómeno. Esta confesión tuve el placer de leerla hace ya un cierto tiempo. Un gran abrazo

      • Anónimo dijo:

        Si lo lees Laureano te digo que eras un niño precioso y bueno. Yo estuve en Juncarejo de Julio de 1947 a diciembre de 1953 y fuimos cuatro hermanas. Nos gustaría verte. Nos reunimos en Infanta un día al mes a comer, las compañeras.

        • Laureano dijo:

          En el mes de junio del año 1953 dejé, por imperativo legal, el Paraíso que siempre consideré mi casa y a mis «herman@s» del hospicio. A mis setenta años de edad os sigo queriendo con la misma pasión que cuando tenía tres. Un fuerte abrazo de todo corazón.

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