TITULO | Mi lotería del Colegio. Kinito |
AÑO | 1975 |
PROTAGONISTAS | Kinito y José Antonio Molina Salamanca |
AUTOR | José Antonio Molina Salamanca |
Sí y como todos aquellos afortunados, no sabemos si para bien o para mal.
Soy Molina Salamanca y como cuento, cierto día, ya en mi tercer año de internado, cursando 6º de EGB, en las horas de estudio de las tardes con el estomago vacio y hambre de todo el día, antes de que se me adelantase nadie y conociendo el “percal”, bajé al Judío por las sobras de tigretones, panteras rosas, bimbocaos, bocatas o lo que cayera, a fin de cuentas era indiferente con tal de llenar tripa, y si para tal fin, era necesario adornarlo con un Cara al Sol, un himno del Colegio o de la Guardia Civil, un chiste, una canción de Tuna o cualquier otra ocurrencia, pues se cantaba, se bailaba y se peleaba el tigretón hasta las últimas consecuencias, la cuestión era llegar a la hora de la cena con el estómago repleto, por lo que pudiera “tocar” (véase diccionario).
Cuando llegué al bar, mi buen amigo estaba solo, como la una, limpiando boquerones.
Le pedí como excusa, cambio de 50ptas. para el teléfono, y comenzó a darme charla, de donde eres, curso, como estás y trivialidades varias…, momento en el que apareció un guardia:
– Ginebra y cola, tengo 10 minutos para tomarlo contando lo que tardes en ponerlo.
– A mi media hora para terminar los boquerones, y de ti no me fio para que te lo pongas
– Molina, pasa dentro y le pones el cubata como yo te diga al “pesao” este.
Me indicó la forma y manera, cuanto “Lirios” tenía que poner a los cubitos de hielo, y me dijo que le cobrara y cogiese el cambio de mis 50ptas; entró otro guardia, misma historia misma resolución, y otro más y otro más, hasta un total de cuatro, al final cuando ya me iba…, me dijo:
– ¿quieres ayudarme un rato después de la cena, hasta cerrar el bar?
– SIIIIIIIIII (¿premio de lotería?).
Desde ese momento hasta que salimos de cenar, el tiempo fue interminable, no así la hora y media de después tras la barra del bar, desde donde me volvía loco intentando servir a toda una “jauría” de guardias y pínfanos que se desgañitaban pidiendo: uno solo, yo con leche, un cubata cola, descafeinado, carajillo, dos cortados, ponle unas gotas de coñac, solysombra, chispazo de anís, para mí de coñac, ….
– Molina al de las gotas de coñac le cobras un duro más por el café…, no eches tanto “desgraciao” que me vas a arruinar, y no dejes las botellas en el mostrador que se las llevan… ¡que son huérfanos y los guardias peor!,
– Kinito un bocata de tortilla francesa con pimientos que no he cenado,
– no hay pan,
– yo traigo el chusco,
– judío tira los dados, llevas 40, Fanegas 45, Pepe 36, o sacas cuatro damas o palmas los cafés…
– una mierda, Fanegas con dobles parejas se ha apuntado 10,
– judío falta una bola en el futbolín,
– dame otro azucarillo,
– kinito han sobrado bocatas… que ha “tocao” pure,
– desgraciado, si metes otra vez la mano en las morcillas te las corto.
Joder que estrés, que jaleo, cuantas voces, cuantas prisas, que marabunta de gente, que griterío, cuantos cafés, cuantos chispazos de coñac, de anís, incluso uno de pipermín, de locura pero….
Lo disfruté como lo que era, como un enano. De pronto el silencio se empieza a notar en el bar, y todo ese gentío desaparece.
– Que… Molina, mañana vas a venir otra vez.
– Pues sí.
– Has cenado.
– Ha “tocao” puré.
– ¿quieres un bocata?
– Vale.
Francesa con pimientos echa a las siete de la mañana, pero aquello era pavo, no, no, ese bocata era gloria de Dios y con una coca-cola y… despacito y… recordando el hambre de las seis de la tarde y… acordándome de mis íntimos, ¡joder¡ puré y huevos duros con tomate… que noche les espera.
– Toma tu jornal y dos panteras rosas que han sobrado.
20 duros, cien pesetas en moneda, en gloria, en bocata del recreo, en salchichas para la merienda, en bamba de nata los domingos, en cortezas de la señora de las chuches, en teléfono algún que otro día, en no tener que estar pendiente de Lucas y los giros que casi nunca llegaban o siempre eran menos de lo que pedías, 20 duros para no estar esperando la paga de D. Tacañón, aquello era el cielo y además cenado, sin hambre y con sueño. Fué una lotería.
A partir de ese día no deje de trabajar en el Judío, incluso durante un verano corte mis vacaciones un mes, para quedarme en el bar, y así, otros dos años más después de que el Sr. Carrascosa me dijese “vete ya muchacho, vete ya, que tienes 18”.
Por allí pasaron otros muchos pínfanos, Javi, Juanito, Pelaez, etc. etc. Pero quiero recordar que fui, quien durante más tiempo aguantó al Judío, me manejaba bien dentro de la barra y me gustaba.
No me fue nada mal, lo disfruté, fuimos grandes amigos el Judío y yo, aún lo somos, creo; en mis posteriores visitas al Colegio siempre le he llevado unos puros que él siempre ha agradecido, nunca le “perdí” un duro, aunque sí es cierto que hice bocatas con doble de morcilla, o de pimientos o salchichón o chorizo, vamos que en definitiva, había sustancia para dos chuscos, para dos pínfanos hambrientos, alguno que otro se olvidaba de pagar o yo de cobrar, pero… joder eran huérfanos, eran pínfanos, y como todos los que estábamos allí… “su padre pago”.
No era esta mi forma normal de proceder, todos cuantos me han conocido detrás de la barra han tenido que rascarse el bolsillo, tan solo en ciertas ocasiones y casi por imperativo “moral” ha sido como he relatado anteriormente, Dios lo sabe y el Judío también.
José Joaquín Martín Montero “Kinito” “Judío”, huérfano, pínfano desde muy temprana edad, muchos años de Infanta, muchos palos a sus espaldas, muchas alegrías también, con el que muchos han peleado y muchos más han disfrutado de su amistad, trabajador infatigable, a su manera, con sus aciertos, con sus locuras, con sus despilfarros y sus alegrías.
José Joaquín Martín Montero “Kinito” de la escuela de D. Teodoro toda una institución dentro del Infanta y un gran personaje fuera del Colegio, o quizás ¿algún motorista no ha oído hablar de él?. Kinito… es una parte fundamental en la historia de las Cuarenta Fanegas.
Un abrazo para él, de quien siempre se ha considerado su amigo. Y este relato o anécdota es también un poco de mi historia en el Colegio.
Un abrazo a cuantos forman parte de esta familia de Pínfanos.
Molina Salamanca.
Hola, abrazos para todos, yo de la epoca de KINITO, dormiamos casi juntos en el dormitorio de la señora PACA, creo que si la memoria no me falla se llamaba asi, siempre nos estabamos peleando, en mis visitas por el INFANTA, y iba a verlo y saludarlo, siempre me decia JOSE MARIA DIAZ CORREA, nunca se le olvidaba mi nombre, ni ami el suyo , JOSE MANUEL MARTIN MONTERO, lo bautizo el cura Dn, ESTEBAN, en SALAMANCA,, era un manitas cuando en talleres, en carpinteria , era el mejor, corrian los años. del 54 a los 62, amigo tambien de FANEGAS GALAN y otros muchos, y toda su vida en el COLEGIO, donde le visitabamos, un abrazo KINITO. te acuerdas que don TEODOORO, hacia GALENAS , en las clases, y cuando venia CARRASCOSA, cerraba el cajon de su mesa para que no lo viera, abrazos para todos si alguno me recuerda, y me quiere escribir, aqui estoy, para todos.
Me has emocionado Molina….un abrazo
QUINITO, se llamaba: JESÉ JOAQUIN MARTÍN MONTERO
La Señora, PEPA, no Paca.
Estoy de acuerdo. Yo también fui compañero de Quinito y de la Sra. Pepa. Descanse en Paz.
Que sabes del ilustre Talaverano?. ¿Dónde para?. Vivo en Talavera y no le he vuelto a ver, será que el vespino ya no puede circular por la V.