1973 En la Penitencia está el perdón

TITULO En la Penitencia está el perdón
AÑO 1973 – 1977
PROTAGONISTAS Don Mariano y Antonio Campano
AUTOR Antonio Campano

Mi anécdota es triste en el tiempo… Fue hacia el año 73, antes de Navidad. Cursábamos 6º de Bachillerato, en el aula que estaba frente al Laboratorio de Ciencias Naturales (pasillo izquierdo de la planta baja).

Después del consiguiente examen, me esperaba un 8 (por lo menos) en la nota de Lengua y Literatura, pero un 8 de los que espera un estudiante, es decir, desde la percepción del chaval joven, inmaduro, que se cree que por cuatro cosillas inconexas que escriba en un examen ya merece «el oro y el moro».
Cuando me dijo un 3 ó un 4 (no recuerdo bien), me quejé, protesté y pataleé… todos reconoceremos que D. Mariano era «débil de carácter», por lo menos aparentemente y, por eso, le echábamos «cataplines», con otros profesores no nos atrevíamos.

Cuando ya estudiaba la carrera, en la Salón de Actos, justo en la misma Puerta Principal, con motivo de la visita del Director de la Guardia Civil, en aquellos tiempos (1977), el Teniente General Campano López (que no es familiar mío, por cierto, sólo es coincidencia), estamos tomando la típica «copa de vino español» y D. Mariano se me acercó y me dijo: -Todavía me acuerdo de tu protesta, Campano. Algún día te darás cuenta de lo que se sufre como profesor. traté de quitarle importancia, con aquello de «pelillos a la mar, D. Mariano»… Pero me afectó. Y así fue.

A estas alturas no pongo ya en pie si me aprobó o mantuvo el suspenso, pero el hecho es que ahora el profesor soy yo. Llevo casi 35 años dedicado a la Enseñanza, profesor de Geografía e Historia de Bachillerato. He tenido escasísimas reclamaciones, pero cuando las he tenido, me acordaba de D. Mariano y soportaba estoicamente la «impertinencia» (cuando así era), como una penitencia que le debía a mí querido profesor al que no supimos apreciar convenientemente en su momento.

Desde aquí un abrazo y mi más profundo respeto para D. Mariano Abánades del Arpa, que seguro habitará en la Gloria de los justos.

Un bajito grande, un buen profesor, una magnífica persona y un hombre de honor.

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