1961 El Velocista Cateto

TITULO El Velocista Cateto
AÑO 1977-1979
PROTAGONISTAS D. Ignacio, Julio José Lorenzo y Laureano 
AUTOR Laureano González Rodríguez

Sucedió en el año 1961. Sobre una superficie de unos 39.000 metros cuadrados, justo en lo que era el solar “del campo de los huesos”, (previamente cementerio de la Sacramental de San Martín), se construyó el “Estadio de Vallehermoso” para reuniones atléticas. Su inauguración oficial se llevó a cabo en el mes de abril, por los Ministros de Educación y Secretario General del Movimiento que procedieron a la clausura de los XII Juegos Escolares Nacionales. Al año siguiente, se celebrarían los II Juegos Iberoamericanos.

Estos campeonatos, que empezaron a celebrarse en el año 1948, únicamente la disputaba la categoría juvenil hasta que en 1959 se incorporó la categoría infantil. Eran organizados por las Delegaciones Provinciales (fase provincial) y la Delegación Nacional de Deportes (fase nacional). El Colegio “Infanta María Teresa”, con una formación atlética nula, tuvo su exigua participación, como es obvio, “sin pena ni gloria” en la fase provincial. Fueron las Universidades Laborales por excelencia, con sus ventajas evidentes al contar con extraordinarios complejos deportivos en sus instalaciones, las que eclipsaban un tanto a otros colegios y algunas participaciones individuales. Así, estas Universidades Laborales, con pequeñas excepciones como los colegios “San José de Valladolid” y “Maravillas” y “Tajamar” de Madrid iban a por todas. En los campeonatos colegiales había mucho ambiente y todo el que participaba tenía el calor de su público.

El “Infanta María Teresa” participó por primera vez en esta modalidad provincial atlética, encargándole la tarea a D. Ignacio Martínez Postigo, maestro de primer curso de primaria y profesor de gimnasia de todas las secciones del Colegio, además de entrenador de fútbol, compaginando la dirección de todas las categorías futbolísticas (siendo asimismo entrenador del Real Madrid C). Al único que recuerdo de entre los seleccionados, por ser ambos del mismo curso, es a Julio José Lorenzo Egurce (participante en la modalidad de 400 metros lisos). No hace mucho estuve hablando por teléfono con nuestro condiscípulo, para que me aportara algún dato sobre este acontecimiento. Julio José me dijo: ¡¡”Como no me voy a acordar, si a los doscientos metros ya iba con la lengua fuera y llegué el último de mi serie”!!

En todas las carreras de este deporte no disputadas por andariveles, la línea de partida es en curva, de tal modo que cualquiera que sea la ubicación en la pista, todos los corredores parten a una misma distancia de la llegada. Los corredores alcanzan la tracción inicial situando los pies contra unos bloques especiales de metal o plástico, llamados tacos de salida o estribos, diseñados especialmente para sujetar al corredor y que están colocados justo detrás de la línea de salida. En este tipo de pruebas, el atleta se agacha en la línea de salida y, tras ser dado el pistoletazo de inicio por un juez de salida, se lanza a la pista y corre a la máxima velocidad posible hacia la línea de meta, siendo fundamental una salida rápida.

Yo participé en una de las series clasificatorias de los 100 metros lisos. Mi vestuario era lamentable: calzonas y camiseta de color blanco (supergrandes 10XL) y zapatillas de romano (amarradas con cuerdas cruzadas y con suela de esparto). Los rivales tenían vestimenta ajustada, de marca y zapatillas con clavos para su adherencia a las pistas de ceniza (en aquella época no existía el tartán). Me tocó la pista aparentemente más larga por estar más atrasada que las de los otros corredores (ignoraba lo de la compensación en curva), por lo que mi primera intención fue la de protestar ante el juez de salida por semejante arbitrariedad, pero, al ver a todos aquellos “niñatos” que parecían figurines confié en mis posibilidades y opté por permanecer callado. Cuando me di cuenta y observé que todos mis rivales se colocaban agachados para el momento en el que se diera el pistoletazo de salida, yo permanecí de pie y erguido, diciéndome para mis adentros: “Cuando los tontos estos se quieran poner de pie para empezar a correr ya les llevo yo dos o tres metros de ventaja”… ¡¡Preparados… Listos… Bang!!… La realidad fue otra y en el fulgor de mi decepción opté por pararme tras haber dado cuatro o cinco zancadas. Mi reacción fue instantánea al escuchar a D. Ignacio gritar: ¡¡“Sigue, no te pares, sigue corriendo hasta la meta”!!… Salí como una bala y llegué el tercero, pero, solo se clasificaban los dos primeros. ¡¡Pude haber ganado!!

“Cartapacio de Sandeces”, 24/01/2015

5 respuestas a 1961 El Velocista Cateto

  1. Tomás Suárez dijo:

    Como la edad no perdona, he cometido un error en mi comentario, pues decía que la anécdota, sobre la competición de mi inolvidable carrera, ocurrió sobre el año 68, pues no, sería sobre el 58, estaba D. Ignacio de «profe» de deportes.

  2. Tomás Suárez dijo:

    Pues, puestos a largar sobre estas recordadas competiciones, larguemos: No recuerdo el año, pero sería sobre el 68, yo tendría unos 15 años, ignoro el por que me dijeron que corriera en los 60 metros lisos (debía ser para infantiles) , creo que fue en la Ciudad Universitaria, tengo todos esos datos muy confusos, pero algunos los recordaré de por vida, por ejemplo, que me dieron unas zapatillas como las que habéis referido, blancas con suela de esparto (vamos una tabla), calcetines blancos y unos calzones que con un «pernal» me habría sobrado para mi esquelético cuerpo. Al día siguiente, la competición, yo casi no podía andar con esas «tablas», mucho menos correr, el caso es que me las quite y corrí descalzo, no había tacos para apoyar los pies en la salida, ni falta que hacía, lo que sí que había era un chavalito negro que iba a correr en la calle de mi izquierda, yo estaba «acojonado» no por el color de su piel, aunque en aquella época no era frecuente la presencia de un negro, sino por la pinta de atleta que tenía el mozo, Dan la salida y yo no se como me las apañe pero solía salir de los primeros, tal vez porque me adelante al disparo, lo cierto es que por unos escasos segundos me sentí campeón, pero creo que no pasaron ni veinte metros y el «moreno» (de los demás no me fije), empezó a correr de una manera «desforada» como dicen en Cáceres, ¿Pero qué le dieron al muchacho?, lo menos me saco veinte metros. En fin, esta es la historia de un desafortunado aprendiz de atleta, pero bien pensado, demasiado hicimos que no nos descalificaron por «indumentaria inadecuada». Cosas del Infanta.

  3. jdiazegido dijo:

    Con el Brutus (q.e.d) tambien hice yo una carrera de campo a través en la casa de Campos

  4. En la comida del dia 22, donde compartí una conversación con Barcia sobre este tema ; los dos corríamos y entrenábamos en el campo de futbol . Bueno entrenar es demasiado decir. Por ejemplo : A mi nadie me enseñó a acompasar la respiración , ni como hacer la salida ni nada de nada. Me dijeron : Tu correrás los 200 y los 400. Resultados ?, el último en las dos . Vestuarios de Valle Hermoso: Entro , miro y veo a todos esos chavales con calzado nuevo y uniformes fantásticos . Me sentí un poco avergonzado, yo que ya era delgadito , recuerdo que me sobraba tela por todas partes y unas zapatillas blancas. No recuerdo bien , pero no me extrañaría que fuesen con las que participaba en el equipo de gimnasia . El resto de la historia la tengo un poco nublada, tengo duda con los compañeros que me acompañaban. Algo que también puedo decir es : Que cuando en la salida de 200 ( creo ), nos pusieron allí aquellos tacos de salida , yo pensé ; ¡esto para que será ?, vi que todos se agachaban y así lo hice yo también . No me preguntéis como puse las manos en es suelo , ni los pies en los tacos, no lo sé.
    También corrí , 2 ó 3 años , los 3.000 en el Retiro . Recuerdo que un año llegué entre los 100 primeros ( no recuerdo la posición ), y algunos compañeros que vieron la carrera por la T V , me dijeron que me habían visto . Me ilusionó más lo de la T V que si hubiese llegado el 1º. Eso si , cuando me ponía ese chándal con el nombre de INFANTA en el pecho , era el niño más feliz del Mundo .

    • RAMON FERNANDEZ BLANCO dijo:

      De eso recuerdo algo . Yo también me hice del equipo de ATLETAS pero cuando el entrenador era D. ENRIQUE (inspector de preparación militar)

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