1912-2015 Acompañame….(parte 2)

TITULO Acompañame….(parte 2)
AÑO 1912-2015
PROTAGONISTAS Todos
AUTOR Juan Manuel Orozco

…….Aquí estamos de nuevo, no podía ser en otro sitio, en nuestra querida Puerta Principal.

Si para determinar las distancias kilométricas se toma de partida el kilómetro cero de la Puerta del Sol, para un huérfano, el “cero”, estaba desplazado como 5 kilómetros en línea recta, en la Puerta Principal. Cruce de caminos de casi todas las rutas que podías hacer en el colegio.

acompañame01A día de hoy aun me recuerdo mirando por encima del edificio central, sobre la Puerta Principal, desde la ventana del cine, para ver si conseguía divisar alguna montaña que me señalase donde estaba mi añorada Asturias. Me había criado viéndolas por todos los lados y aquí solo veía edificios y más edificios.

Enfocamos de nuevo el camino dejando a nuestra espalda la carretera de salida, nos encontramos a mano derecha con el edificio que alberga la capilla, el cine y tiene anexada la residencia….., lo dejaremos para el final.

A mano izquierda hay un camino que finaliza en unas escaleras casi frente a la entrada de las clases de talleres, a lado del camino, una franja de césped y un murete que salva el desnivel de ambos con la carretera que va hacia la entrada principal de Capitán Cortes y que acaba muriendo en la tapia.

acompañame02En ese murete han sentado sus posaderas la mayoría de los huérfanos, especialmente después de cenar cuando te dirigías para los pisos, si la noche estaba agradable te invitaba a permanecer un rato de cháchara o mientras hacías tiempo esperando a alguien. Recuerdo que en algunos tramos, los ladrillos presentaban un significativo desgaste por el uso y brillaban más que los menos utilizados como asiento.

En estas fotos inferiores vemos como la carretera acaba en la tapia. Ambas están sacadas casi del mismo sitio, a escasos metros, pero con más de 50 años de diferencia entre ellas. El muro del que hablábamos antes es distinto, el de antes era de carga y ladrillo en la parte superior, el de ahora todo de ladrillo, la farola, hay varios árboles nuevos o mucho más grandes…etc. y sobre todo y aunque en la foto antigua no se aprecian los pisos, en la moderna se ve la entrada a la cantina que se ha construido en el 1º piso de mayores. Han profanado la que fue mi familia durante varios años.

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Desde las primeras ventanas del 1º piso de mayores se iniciaron gestas heroicas de asaltos a Dirección en busca del “examen perdido” o atracos matemáticamente estudiados a la cocina, pasando por simples entradas y salidas para jiñar tranquilo o simplemente para dormir una siesta, coger dinero, comida o algo de ropa.

Pero continuemos, vamos a bajar hasta la tapia, siempre blanca pero que en apenas unos metros mas a la izquierda, antes de llegar a las pistas de tenis que había por “detrás de talleres” se salpicaba con rozaduras de tanques negros creadas en mil y un saltos furtivos de ida y vuelta a la calle.

No pongo nada sobre las pistas de tenis ya que no he encontrado ninguna foto, solamente comentar que pocas veces las vi con alguien jugando y yo creo que entre en un par de ocasiones pero entre como me quedaron las playeras de tierra roja y lo cansado que resultaba andar recogiendo la pelota mas tiempo que jugando, no volví mas a ellas. Pero que quede constancia de que eran unas buenas pistas de tenis de tierra batida.

“Detrás de talleres”, quien no ha mencionado esa frase al menos una vez en el Infanta es que era de sangre tibia o su paso por el Infanta ha sido cuando menos, monótono. Bromas aparte, supongo que habrá muchos huérfanos que nunca se diesen de guantazos con nadie ni siquiera se citasen cual despechados caballeros a batirse en duelo a tortazo limpio para limpiar la honra detrás de los talleres, pero era una frase tan típica que en ocasiones ya se usaba de manera coloquial y a modo de broma o amenaza rutinaria.

Retrocediendo por el mismo sitio que bajamos pero ahora en sentido a la salida del colegio, nos encontramos a la derecha a la “Escuela de Formación Profesional Capitán Cortes” más conocida por “La Mina” o “Talleres”. Lugar al que te destinaban por tu supuesta incapacidad para seguir en bachiller o por tu notoria facilidad con las manualidades o trabajos artesanos. El proceso de “selección”, es algo que nunca entenderé y siempre creí que más que poseer unas cualidades u otras para el estudio (que no dudo que en algunos caso así fuese) lo que dirigía los destinos de la formación de los huérfanos era una o varias manos negras sin un criterio muy coherente y que algunos fueron derivados a talleres más por su comportamiento o por como sintonizaban con el “selector” que por su capacidad para con los libros.

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acompañame05Dejamos atrás la entrada principal de la “mina”, giramos a la derecha dejando a nuestra espalda los pisos de mayores y enfocamos la segunda recta más larga del Infanta, unos 100 metros de calle donde se ubican las cocinas a mano izquierda y bajando unas escaleras, sobre ellas, el comedor de pequeños salvo unas pocas ventanas al principio y al final que corresponden a administración y al comedor de mayores respectivamente. Sobre todo ello, las clases de los primarios. Luego volvemos con esta parte, ahora y a la derecha, nos encontramos con la entrada a las aulas de talleres que se prolongan por todo el edificio de la derecha.     

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¿Por qué no decirlo? A los pocos días de llegar al Infanta y estando acompañado por algún veterano nos cruzamos con otros chicos, “cuidado, son de talleres” me dijo a modo de advertencia, algo que a mí me sonaba a chino, pero ahora que lo decía, si te fijabas bien les veías una pinta terrible, parecía que te iban a comer de un momento a otro, tenían hasta cuernos……..se parecían a los quinquis de mi barrio, jajajaja, probablemente no era otra cosa que la apariencia que da ser veteranos ya curtidos en mil batallas de un internado y encallecidos en las muchas horas de taller. Es cierto que siempre hubo una gran rivalidad con ellos, pero de eso hablaremos en otra historia del Infanta y nunca fue más allá de eso, mera rivalidad. Baste decir que en mi caso por ejemplo, pronto se convirtieron en mis protectores y que al final lo único que nos diferenciaba, eran las aulas donde dábamos clase y por supuesto sobra decir que conservo grandes y gratos recuerdos de mis amigos de “talleres”.

Tengo unos fragmentos sacados de mis cartas que dan una idea de cómo eran nuestras clases de taller y porque debíamos tener un poco de miedo a que nos enviasen allí definitivamente.

19/10/72: Familia, ya fui a talleres, me metí en carpintería que tengo unos amigos allí, después en otro trimestre me toca ajuste y después electricidad.

02/02/73: Hoy tuve taller y estuve casi todo el tiempo limando

15/02/73: Hoy tengo taller y tengo que limar y limar y volver a limar las dos horas.

27/04/73: Hoy me toco taller y solo hice que soldar, todavía no me queme ninguna vez.

24/10/73: Ayer lunes tuve taller y solo limar y limar.

acompañame07Casi frente a la entrada a las clases de talleres, estaba una de las dos puertas que había de la cocina, la más famosa y usada por los huérfanos ya que de allí retirábamos los paquetes que nos daban para el viaje en las vacaciones. Paquete de papel de estraza a modo de hatillo con bramante que contenía 3 bocadillos, normalmente de tortilla, filete de chicle y chorizo, aunque en ocasiones había variantes como el poco deseado salchichón, un par de quesitos y una manzana y una naranja. No recuerdo a nadie que llegase al tren con el paquete íntegro y si a muchos que al subir al autobús (17:00/19:00) ya no tenían nada más que la cuerda. La otra puerta, estaba casi al final del edificio, donde comenzaba un pequeño repecho para ir a las pistas, a la altura de la piscina.

Entre puerta y puerta, eran los dominios de Vizcaíno (recuadro foto superior) cocinero al que solo se le aprecia el mérito con el paso del tiempo. Hay que tener en cuenta que de aquella no había casi congelados, ni máquinas de pelar patatas, ni un montón de condimentos o precocinados que existen hoy en día y jornada tras jornada teníamos nuestra comida de manera puntual y con productos de una calidad más que aceptable. No era raro pasar por allí en el recreo de las once y ver en alguna de sus ventanas a varios pinches con cuchillo en mano dando cuenta de varios sacos de patatas, estaban sentados en círculo, con las piernas abiertas y entre ellas en el suelo un papel o saco para echar las peladuras y una olla grande o un capazo donde tiraban las patatas peladas. He de insistir que en mi época se comía bien, muy bien, podía haber algunas cosas que te gustasen menos que otras o casi nada, pero por regla general la comida era buena y sabrosa. Quien pillara hoy en día una dieta tan equilibrada como la que allí teníamos. Grato recuerdo de todo el personal de cocina, gente trabajadora y que nos ayudaba en lo que podía.

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Dejamos la cocina por la segunda puerta, a esa altura, justo donde comenzaba a subir la carretera, a mano derecha comenzaba la piscina, poco la disfrutábamos los huérfanos, 15 o 20 días a lo sumo al año y no a diario, en turnos de 45 minutos. Siempre que entro en una y huelo a cloro, me viene su recuerdo.

La creación de la piscina cubierta, supuso un cambio considerable en las pistas contiguas, aquí os dejo una aproximación de como era antes de 1980 en la primera foto aérea y como quedo después en la segunda.

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Durante toda mi estancia en el Infanta fue una promesa que se haría cubierta, mas que promesa un rumor que se repetía año tras año, eso y que el colegio se haría mixto…………..¡cachis la mar! No pille ni lo uno, ni lo otro.

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La piscina era mencionada en mis cartas con frecuencia, en ocasiones para mostrar nuestra frustración, nuestra alegría o incluso como justificante meteorológico y claro exponente del frio que hacia en Madrid.

10/01/1973: Hace mucho frio, la piscina pasa el día helada, pero el cielo esta azul

16/05/73: La piscina la están llenado, estos cuatro días el tiempo fue muy bueno pero hoy esta lloviendo, pero no nos podemos quejar.

02/06/73: ….la piscina yo creo que si seguimos así, no nos bañaremos puesto que no dan la dichosa orden

08/06/73: …me alegra y gusta deciros que hoy estrene la piscina del cole y hablando mal y pronto es cachonda, se nadar un poco…

24/05/74: El domingo habrá baño, pero en la piscina que es lo bueno.

Ahora que me fijo, en la foto que se ve una vista general de la piscina nueva y los edificios de la calle al fondo, en primer plano arriba a la izquierda, se ve una cámara de video vigilancia………¡Uf! Que complicada hubiese sido nuestra estancia en el Infanta si de aquella nos controlasen de esa manera. La evolución no siempre trae mejoras, al menos para todos.

acompañame11Justamente desde donde está ahora la cámara se empezaba a ver los campos de juego, las pistas antes mencionadas en el apartado de la piscina.

Teníamos dos de baloncesto, una de balonmano y nuestro querido frontón, con la construcción de la piscina cubierta, se eliminó una de baloncesto y la de balonmano se hizo más grande para ser válida para futbol sala, o al menos a mí me da esa impresión. La cantidad de recuerdos que emanan esas pistas es impresionante, en ellas pasábamos muchas horas, por semana jugando entre nosotros y los fines de semana con las competiciones escolares. Me vienen a la mente las porterías que hacíamos en la pista de baloncesto de abajo, era más usada para futbol que para lo que estaba destinada. Recuerdo las varias veces que enviábamos los balones a la piscina, bien desde el campo de balonmano o del mismo de baloncesto anterior. Recuerdo las manos agrietadas y sangrantes después de jugar un buen partido de frontón, ¡Jo! ¡Cómo me gustaba el frontón! Me daba igual jugar con pelota de tenis o jugar allí al “chopo” con la de futbol, de cualquier manera, los recreos se pasaban volando y había verdaderas disputas para ir a coger pista.

Aproximadamente donde está la señal de tráfico al lado de la furgoneta, era donde se colocaba estratégicamente la “Señora Caramelera” con su carricoche lleno de chucherías que hacían las delicias de los pocos huérfanos que tenían unas pesetillas para gastar.

En estas fotos, podemos ver la pista de baloncesto de arriba, pegada a la enfermería

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En estas de abajo, la primera de la izquierda, es la segunda de baloncesto y a su lado, la nueva de futbol sala desde dos vistas diferentes y con mas de una década de diferencia.

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Aquí esta por fin, el frontón, mi querido frontón, cuanto lo hecho de menos.

Pero a mano derecha, ¿Qué hay a mano derecha? Quizás la tercera puerta de entrada y salida del Infanta, pero esta era casi oficial, mejor dicho, casi consentida y utilizada para ir a buscar los balones que enviábamos a la calle. Estaba situada frente a la cancha de baloncesto de en medio y accedías saltando desde el muro que rodeaba la pista, no había mucha distancia, un pequeño salto y a continuación a la calle, lo complicado era desde la calle volver a subir la tapia, por eso habitualmente quienes hacíamos esa maniobra éramos los que mas facilidad teníamos para trepar.

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Y esto es todo de esta segunda parte, la siguiente comenzaremos de salida desde la enfermería, el ropero, la leñera, la panadería, Quinito, la casa del Señor Puertas……..

Espero que os haya gustado y que disfrutéis lo mismo que he disfrutado yo escribiéndolo.