1978 Vamos a la universidad

TITULO Vamos a la universidad
AÑO 1978
PROTAGONISTAS Unos privilegiados
AUTOR Pedro Merino

El 4º Piso y sus familias, donde un grupo reducido de colegiales tenían la oportunidad de realizar estudios universitarios.  No por ser mejores, solo porque alguien había decido que podías valer para sacar una carrera.

El estar allí suponía una liberación de horarios de comida, el poder salir libremente del recinto del colegio, el estar menos controlados, en definitiva, ser un poco más libres. Y incluso poder relacionarte con otros iguales, y así conocer otras formas de pensar o de entender el mundo.

Las Familias”, como muy bien dice Pepe de la Monja, no solo eran habitaciones donde estudiábamos y dormíamos, eran algo más y muy cercano el término de familia tradicional. Aquí vivíamos, estudiamos, sufríamos, nos alegrábamos, jugábamos a las cartas, oíamos música, veíamos la TV, todo lo que se podía hacer en una familia.

Me llegan recuerdos de mi estancia, donde la mezcla de distintas carreras y la interrelación entre los huérfanos nos proporcionaba una riqueza cultural que no se conseguía en otros colegios universitarios.

Sobre mi estancia en el 4º Piso tengo multitud de anécdotas, desde como le tapiamos con ladrillo y cemento la puerta de entrada a Ponce López, o como le pasábamos recortes de periódico sobre el Barsa a Trinidad. O las largas partidas de cartas, donde nos jugábamos lo que no teníamos. En este menester no era muy aficionado, y las pocas veces que entraba me daban por todos los lados. Y al no tener dinero, me he tenido que examinar por otros en la universidad (Historia “Por un puñado de dólares”).

Incluso, una vez terminada la carrera y marcharme del colegio, regrese a examinarme de la oposición para funcionario. Y sin decir nada a nadie mis hermanos me recibieron con cariño y estuve dos semanas durmiendo en el 4º piso. Gracias Juanjo.