en silencio, GRACIAS

Este apartado quiere ser un pequeño homenaje a nuestros padres y madres, que en el devenir de la vida se sacrificaron por nosotros, sobre todo nuestras abnegadas madres que sin dudar un minuto  pensaron en nuestra felicidad antes que su propia vida.

Madres, que quedaron viudas muy jóvenes y que sin una pizca de egoísmo entregaron su vida a nuestro cuidado y educación. No sin problemas, ya que la época y las condiciones económicas en que quedaban no eran las más adecuadas.

Hoy desde la distancia y la edad, pienso lo duro que tuvo que ser en abandonar su vida en la Casa Cuartel y tener comenzar una nueva vida desde cero, en otros pueblos y ciudades, y en algunos casos trasladarse a Madrid para poder estar cerca de sus hijos.

Creo que todos nunca podremos agradecer ese sacrificio que realizaron por todos nosotros, y solo tenemos que pensar la dureza del día en que una pareja de la Guardia Civil se presento en su casa y le propuso separarse de sus hijos para ir al Colegio de Huérfanos de Madrid, ciudad que fácilmente no sabían situar en el mapa. Estoy convencido que en ese instante y en su decisión final decidieron por nuestro futuro y no en su bien, Pensaron y antepusieron nuestro futuro a su felicidad, y seguro que les supuso muchas noches de lagrimas en silencio.

En silencio solamente, GRACIAS, porque hoy somos lo que somos por esa gran decisión que tomaron. Muchas veces me he parado a pensar que hubiera sido de mi vida a su lado, seguro que feliz, pero lo que estoy seguro que no sería en que soy, y sobre todo no tendría la gran familia que conformáis todos vosotros.

Padres, en muchos casos casi borrados físicamente de nuestra  memoria, no por falta de cariño o recuerdo, sino por nuestra corta edad en el momento de su fallecimiento. Ellos abrazaron una profesión al servicio de los demás, donde primaba el otro frente al yo, donde defendían la libertad de los otros frente a la suya, y donde dieron su vida al servicio de este que es nuestro país.